Todos los días hay mil y unas cosas que nos pasan o que oímos y para las que hacemos toda una montaña: "ay, que tengo la casa sucia", "joder que llego tarde a la cita", "me he peleado con fulanito por una diferencia de opinión" etc... Hasta que un día pasa algo de veras importante y te encuentras en el hospital encargándote a todos los santos, que una no es religiosa pero en situaciones límite se cree en cualquier cosa. Y en ese instante piensas: ¿de qué mierda me preocupaba yo ayer si no pasaba nada? Todas las montañas de nimiedades se volatilizan en un instante porque pasa algo importante.
Moraleja: no dar tanto bombo a las gilipolleces varias a partir de ahora.
A ver si logramos contactar por correo y hablamos tranquilamente: patri_clemente@hotmail.com
ResponderEliminarUn besito, guapa :)