jueves, 29 de septiembre de 2011

Cambio radical y a mejor!!

Creo que mi vida ha cambiado radicalmente en el último mes:

Ha terminado una relación que ha durado siete años y medio.
Me he mudado a 2.000 km.
Tengo un trabajo nuevo.
Tengo una casa nueva.
Tengo un nombre nuevo.
Tengo una vida nueva.

Y sobre todo, siento una paz interior que hacía mucho tiempo que no sentía.

Creo que este es el comienzo de una nueva etapa, de un nuevo "Yo" donde por primera vez me voy a centrar en mí misma, donde por primera vez voy a hacer las cosas por mí misma y donde confío en que seré muy feliz.

¡Bienvenida nueva vida!

lunes, 26 de septiembre de 2011

Empezando de cero

Hoy he llegado a mi destino: Caen, una ¿bonita? (aún no la he visitado) ciudad al norte de Francia en la que todos dicen que voy a estar genial. No sé si lo estaré o no pero el destino me la ha puesto en el camino y no me ha quedado más opción que hacer las maletas y venirme a 2.000 km de "mi" tierra. Realmente ya no sé cuál es mi tierra; ya no sé si soy almeriense (donde nací), andaluza (donde he vivido más tiempo), extremeña (donde pasé los dos años más felices de mi vida) o medio francesa medio española con ascendencia holandesa. Reina en mí la confusión. Me siento sin identidad. Me preguntan mi nombre y curiosamente no doy el de siempre, no, doy el otro, el francés. Me cambio de nuevo la identidad. Ya la cambié el día que entré al colegio con cuatro años; ahora otra vez pero ahora sé porqué: porque quizás en ningún momento fui realmente Lucía, quizás esa fue mi forma de pasar por la vida sin inmiscuirme demasiado. Puede que ahora que he vuelto a mi nombre original viva de otro modo, puede que redescubra una nueva identidad. Realmente no sé porqué a veces digo un nombre y a veces digo el otro, no sé porqué mi familia francesa me llama de una forma y la española de otra. No sé porqué siempre he estado dividida entre dos identidades que se parecen pero que a la vez son muy distintas. Quizás es que realmente no soy nadie definido; quizás busque la piel en la que mejor me encuentro en cada momento.
Ahora soy una persona nueva, con una nueva identidad, en un nuevo lugar donde nadie me conoce y con una nueva vida en la que me encuentro sola. Dicen que uno se acostumbra a la soledad, y creo que no me costará demasiado porque al menos tengo internet y hace bastante compañía...
Ya contaré qué tal las experiencias laborales y personales en este sitio perdido de la mano de Dios.