viernes, 26 de diciembre de 2014

Reflexiones con un brownie en el horno

Oí cómo resonaban las campanas. Un sonido lejano, que conforme pasaba se iba apagando. Y realicé que tan solo se trataba del paso de otro día. No supe porqué justamente ese día las escuché. Ni supe porqué me impactó tanto aquel sonido. Pero desde aquel momento sentí que había renacido, que una nueva era había comenzado.

Hoy ya no escucho las campanas, ni siento pasar los días. Vivo, sin más. Y de repente me doy cuenta de que han pasado tres meses o dos años y me echo las manos a la cabeza diciéndome que no puede ser, que aún tengo 18 años. Pero sé que no es cierto, que por mucho que me joda, el tiempo pasa, y no podemos volver atrás y todas esas cosas. Y no puedo evitar que me fastidie pensar en los segundos que se escurren entre mis manos a diario. Y al mismo tiempo soy incapaz de aprovecharlos mejor.

Quien me entienda que me compre!

miércoles, 15 de octubre de 2014

Las cosas importantes

Todos los días hay mil y unas cosas que nos pasan o que oímos y para las que hacemos toda una montaña: "ay, que tengo la casa sucia", "joder que llego tarde a la cita", "me he peleado con fulanito por una diferencia de opinión" etc... Hasta que un día pasa algo de veras importante y te encuentras en el hospital encargándote a todos los santos, que una no es religiosa pero en situaciones límite se cree en cualquier cosa. Y en ese instante piensas: ¿de qué mierda me preocupaba yo ayer si no pasaba nada? Todas las montañas de nimiedades se volatilizan en un instante porque pasa algo importante.
Moraleja: no dar tanto bombo a las gilipolleces varias a partir de ahora.

martes, 7 de octubre de 2014

Volviendo todo del revés

Cuando pasa algo siempre me digo que "por algo será" pero hay ocasiones en las que me pregunto, ¿cómo coño he llegado aquí?.
Un día me desperté y me vi viviendo de nuevo en Francia, volviendo a empezar de cero con otra persona y maltrabajando para comer. Definitivamente, siempre estoy en el mismo punto: fin de una etapa, comienzo de otra, grandes expectativas, nulos resultados y vuelta a empezar.
Quizás no estoy hecha para la estabilidad, ni para la vida del común de los mortales. Igual lo que me pasa es que me pregunto demasiado qué quiero hacer realmente o quizás me deje llevar demasiado.
Puede que me equivoque, y borre, y reescriba mi vida borrando cada mal recuerdo y retintando las buenas experiencias.
No ceso de decirme que estoy aquí de paso, que nada es tan importante como parece y que lo que tenga que ser será. Pero por más que me lo digo, y empeño que ponga en creérmelo siempre llega el día en que echo todo por tierra y me reprocho mi presente. Al menos ya no me reprocho el pasado, ¡eso que he avanzado! Y cada vez me preocupa menos el futuro. He logrado vivir el presente, con sus cosas buenas, con las malas y con las peores. Y bueno, no lo llevo mal. O eso creo. Porque a veces creo que es todo malo y otras todo bueno y otras simplemente me gustaría volver a empezar. 
Quizás soy adicta a los principios, veleta empedernida y loca de remate. Pero... ¡son tan bonitos! Empezar mola, puedes hacerlo todo como te dé la real gana porque solo tú escribes tu destino. Luego pasan cosas, y se tuerce. ¡Pero no pasa nada! Siempre podemos reescribir.
Y por eso ahora tengo ganas de borrar todo el post y volverlo a empezar. Pero lo voy a dejar, que para eso lo he escrito desde el fondo del alma. Igual al releerme me doy cuenta de que siempre estoy en este punto de mierda en que no sé qué coño quiero...