Me quedan dos meses para dar un nuevo giro de 180 grados. Terminará mi etapa "en el extranjero" y volveré "a casa". No puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido; parece que fue ayer cuando llegué a esta ciudad y no pude evitar llorar al pensar que estaría aquí sola durante siete largos meses... Y ya casi es tiempo de volver a hacer las maletas e irme. ¡Alucinante!
A mi alrededor todos tienen la misma pregunta: ¿y ahora qué vas a hacer?. ¡Ni que tuviera una bola mágica para saberlo! No podemos vivir con una hoja de ruta con todos nuestros movimientos previamente marcados; hay ocasiones en las que simplemente nos dejamos llevar o sorprender por los acontecimientos. Mayo será una de esas ocasiones. Haré las maletas para volver a España y una vez allí, ya se verá. Contrariamente a lo que tiende a pensar la gente, no depende de mí directamente lo que haga con mi vida; no se trata de elegir una carrera y de tener una nota para acceder a ella, se trata de encontrar trabajo, y ahí, por mucho que yo quiera, no puede depender exclusivamente de mí. ¡Qué más quisiera yo!
Al final me va a terminar enganchando esto de ir quemando etapas y dando giros extraños... Resulta incluso divertido ver cómo en unas horas puede llegar a cambiar todo. ¿Me cansaré algún día de ir de un lado a otro cual caracol con su casa a cuestas? Espero que si he de cansarme sea por haber encontrado el sitio adecuado para quedarme... Pero me siento bastante lejos de ese momento, todo sea dicho...