jueves, 5 de abril de 2012

Abril lluvias mil pero todas caben en un barril

Creo que postear el buen tiempo que hacía ha hecho que se asuste y se vaya. Hoy hace frío, viento, niebla e incluso llueve a intervalos. Pero no he dejado que me afecte lo más mínimo. Después de pegarme un madrugón para ir a clase, resulta que tengo la mañana libre así que me he vuelto a casa y he empezado a recordar momentos del pasado que tenía prácticamente olvidados.

Y así ha sido como me he visto con tres o cuatro años sentada en un silloncito de mimbre en casa de mi madre. Estaba diluviando y yo observaba con suma atención cómo caían aquellas gotas de agua en la terraza a través de una gran cristalera. La niebla no dejaba ver el mar y sólo podía vislumbrar un eucalipto borroso que había en el jardín. Aún ahora puedo sentir esa tranquilidad, esa mirada fija en el agua que chocaba con fuerza contra el suelo, que hacía mucho ruído, que a la vez que me asustaba me encandilaba. Recuerdo que no podía quitar la vista de ese acontecimiento de la naturaleza, la fuerza con la que caía el agua me tenía completamente absorta: ¿cómo podía caer con tanta fuerza? ¿cómo se habrían formado esas gotas de agua? ¿por qué al caer al suelo estallaban en otras mil gotas?

Supongo que tras un buen rato ahí, tan sumamente pensativa y concentrada, mi madre debió pensar que ya era hora de sacarme de mi ensimismamiento y llevó a la mesa del salón la merienda: chocolate caliente con bizcochitos. Así que cogí mi silloncito, lo acerqué hasta la mesa y comí bizcochitos remojados en chocolate mientras seguía viendo cómo llovía por la ventana...

3 comentarios:

  1. De pequeños nos cuestionamos todo, hacemos mil y un preguntas sobre todo lo que nos sorprende y no entendemos de nuestro alrededor y ¿ahora? ¿dónde se fue la magia, el interés, la inquietud por conocer lo desconocido? ahora vemos que llueve y lo damos como un hecho más enla naturaleza, cuando antes nos quebrabamos la cabeza por conocer más acerca de esto.Que la llama, la curiosidad infantil no se nos vaya nunca, porque entonces, estaremos perdiendo una parte muy importante de nosotros mismos.

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  2. Me encanta poder recordar momentos del pasado que significan algo importante, sobre todo cuando el recuerdo es motivado por algo que pasa en el presente. En tu caso, la lluvia te ha hecho recordar ese momento tuyo sentada en ese silloncito delante de la ventana, pensando cosas de la vida, y esa deliciosa merienda con la que tu madre apareció poco después.

    Disfruta de la lluvia -yo lo estoy haciendo estos días, me encanta observarla tras un cristal, u oler el ambiente a tierra mojada-, pasa un buen fin de semana y un enorme abrazo de mi parte, Luchida ^3^

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  3. En los días de lluvia lo mejor es recordar viejos tiempos, leer un buen libro y escuchar música lenta.
    Un besito :)

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