martes, 29 de noviembre de 2011

Silencio

Por regla general no me gusta dar clase en Secundaria; lo considero cansino e incluso frustrante. Especialmente en días como hoy.

Una clase de 1º de Bachillerato, unos 12 alumnos, una foto de los personajes de Física o Química y un par de preguntas: ¿Cómo son éstos jóvenes? ¿Cómo son los jóvenes en general?

Dos respuestas: Beben alcohol y se van de fiesta. Y ya está. Se han quedado tan panchos y se ha hecho un silencio absoluto e inquebrantable.

Estar una hora entera intentando sacar palabras con el sacacorchos para obtener esas dos respuestas me ha minado la moral completamente.

A nadie nos gusta hablar en público pero JODER, son ellos los que tienen un examen oral de español dentro de nada!!

4 comentarios:

  1. Sí, una auténtica lástima que la mayoría de la juventud de hoy en día, y los que ya no son tan jóvenes también, solo sepan pensar en unas pocas cosas: fiestas, alcohol y sexo. Si a eso le añades una clase de idiomas en donde nadie quiere hablar, por timidez o por simple perrería, tienes perfectamente lo que has descrito, una clase silenciosa en donde las palabras parecen sacarse con cuentagotas. Una pena que esos 'niños' no quieran hablar de sus hobbies como los deportes o alguna afición interesante, o por sus intereses, ya sea música, libros, películas.
    En cierto modo entiendo eso de no querer hablar en público, a mí me da una vergüenza total, pero si tienen un examen deberían poner un poquito de interés.
    Besos, Luchida, y suerte con esos doce silenciosos ^3^

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  2. No te desanimes Luchida, piensa que tú haces todo lo que puedes.
    Un besito! :)

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  3. Recuerda que este lugar es el rincón del optimismo¡¡¡ Así que arriiiibaaaaa ese ánimo¡¡
    Si haces todo lo que está en tu mano, hay cambios que ya no dependen de ti.
    Un saludo

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  4. Ahora conozco tus circunstancias profesionales y puedo entender más tu reflexión sobre esos muchachos. No sé. Mi hija de catorce años va por los veranos a campamentos de verano en Francia con muchachos franceses. Allí pone en funcionamiento a cien su francés en la realidad de la juventud. No sé si tienen muchas cosas de qué hablar pero lo cierto es que hablan por los codos (y mi hija aprende el argot, juegos de cartas, chistes…) Supongo que es el formato de una clase lo que impone, es la figura del profesor, es el estar hablando en una lengua que no es la suya y en la que se sienten absolutamente incapaces… No sé, pero te aseguro que cosas que decir tienen muchas. No sé si muy solventes pero si prácticas, ocurrentes… Mi hija no para de hablar y anhela cada año en volver a Francia a charlar y jugar con sus pares galos.

    Pero sí, tendrían que esforzarse más. Entiendo tu decepción.

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